En el Barcelona el fútbol es una cuestión de actitud

Magazine SLV. Artículo de opinión de Julio Gómez

Hubo remontada en el Campo Nou y no fue por casualidad. En el Barcelona el fútbol es una cuestión de actitud. Tras una primera parte plana de ideas en ataque los jugadores salieron con las pilas puestas con la idea de jugar más rápido para buscar espacios. Probablemente en el vestuario Hansi Flick dio una voz y sus hombres respondieron todos a una. Lo que viene siendo un equipo profesional de fútbol. Es cierto que lo hicieron ante el Eintrancht de Frankfurt, pero es un aviso a navegantes: este equipo pelea hasta el final y sabe corregir errores. Dos aspectos fundamentales que suman para ganar títulos. Se podrá debatir si la línea defensiva tan adelantada es una jugada kamikaze, pero es indiscutible como lo ejecutan, salvo excepciones groseras. Eso sí, mantengo que cuando les toque un rival cinco estrellas se verán las costuras de estar tan lejos de la portería de Joan García.

Foto: El Periódico

Duele ver el momento actual de este Barça desde el punto de vista madridista. Ahora mismo los blaugranas son una orquesta bien afinada. No sé si le dará para llegar muy lejos en la Champions, pero, al menos, tienen mimbres más que de sobra para competir. No son el mejor equipo de Europa, pero se lo creen. Son creativos con la pelota y solidarios sin ella. No se racanean esfuerzos para buscar el lucimiento personal. Envidia sana viendo lo que está pasando en el Paseo de la Castellana. Eso es otra película. Si la del Barça es una comedia romántica en la que el protagonista igual no tendrá un final feliz la del Madrid es una de terror que va camino de dejar muchas pesadillas por las noches.

Desde fuera da la impresión que toda la plantilla cree en el libreto de Flick. Saben que es el hombre que manda en el césped. Nadie se atreve a retarle públicamente porque eso tendría consecuencias como un banquillazo bien merecido. En el Barcelona el fútbol es una cuestión de actitud. Se podrá jugar mejor o peor, pero este equipo no baja los brazos. Defensa alta, juego de toque y presión. Todos a una. ¿Alguien le puede poner el partido de anoche a alguien influyente en el Real Madrid? Así se remonta. Querer es poder, pero claro, hay que querer.